domingo, 27 de marzo de 2011

Nucleares

Desde que el Terremoto y posterior Tsunami Japones noquearon la central de Fukushima y sumieron a los medios de comunicación en una vorágine informativa sobre la energía nuclear no he dejado de sorprenderme de la cantidad de expertos en energía nuclear que habitan el cosmos informativo español. Resulta que, casualidades de la vida, a un servidor le tocó estudiar sobre energía y centrales nucleares.

El plan de estudios de ingeniero naval que yo cursé, un plan de estudios de 1976, estuvo fuertemente influenciado por la crisis energética de 1973, en aquel momento se suponía que la solución a los elevados precios del petroleo consecuencia de la guerra del Yon Kippur (se cuadruplicó el precio medio del barril de petroleo en poco menos de un año) era la propulsión nuclear marina.

De hecho hubo barcos mercantes con propulsión nuclear incluso antes de la crisis del año 1973, aunque los tiempos han demostrado que salvo para casos concretos como rompehielos árticos y submarinos estos buques arrastran unos costes de mantenimiento consecuencia de la seguridad que se les requiere que hacen inviable su explotación comercial, al menos hasta el momento.

El caso es que en las últimas semanas sobre algo tan técnico como la seguridad de las instalaciones nucleares, la vida media de los residuos de estas o las probabilidades de que terremotos o maremotos de fuerza 9 arrasen las costas españolas todo el mundo en los informativos y tertulias tiene una opinión.

Y a mi, que tengo la impresión de que algo más que ellos sí que se, al menos sobre un determinada parte, se me hace difícil entender como alguien que ha estudiado periodismo o derecho o nada puede tener una opinión formada sobre todos estos temas.

Vale que una mierda de blog de un mindundi de tres al cuarto no es el mejor sitio para sacar pecho, pero es que si yo, que tengo algo de formación técnica, no me siento preparado para tener una postura firme del tipo nuclear sí o nuclear no, no se cual es la autoridad moral que hace que ahora haya legiones de iletrados tecnológicos con firmes posturas sobre la conveniencia o no de la energía nuclear.

Y no me refiero a que no puedan tener opinión, todo el mundo tiene una y todo el mundo piensa que las de los demás apestan, y todo el mundo se forma sus opiniones en base a las de otros en quienes por afinidad de cualquier tipo o confianza o simple simpatía fundamenta su postura.

Pero una cosa es tener una postura y otra afirmar tajante y tan pancho en una tertulia que la central de Cofrentes o la que sea es del mismo tipo que la de Fukushima sin saber lo que es PWR, BWR o si funcionan con Uranio, Plutonio o a pedales.

Claro al final todos tenemos que opinar sobre esto, pero si los medios de información tiene por objeto informar ¿no sería más interesante informativamente un debate entre personas conocedoras del tema que entre los dos mismos periodistas que opinan sobre la sucesión de Zapatero o la situación de Libia? Al menos en los relativo a cuestiones técnicas.

Supongo que algo habrá en este post de corporativismo técnico, pero es que en ocasiones no consigo comprender la osadía de algunos habituales de los medios (y de muchos otros no tan habituales).

domingo, 20 de marzo de 2011

¿Mejorando el mundo?

¿Qué harías tu para mejorar el mundo? Yo la verdad no tengo ni idea. ES más ni siquiera se si es posible hacerlo.

Me explico. Es cierto que, como Fernando Plaza dice, el camino pasa por el refuerzo de la participación de la sociedad civil en las decisiones que se toman. Pero son nuestras visiones de un mundo mejor compatibles, supongo y espero que sí.

Sobre esta posibilidad de que todos podamos coincidir existe en el campo de la teoría de la decisión, los que hayan estudiado economía probablemente lo habrán estudiado en teoría del bienestar o en algún tema de economía pública, un teorema realmente revelador sobre el asunto. Su nombre ya aventura algo de pesimismo, Teorema de Imposibilidad de Arrow.

El premio Nobel de Economía Kenneth Arrow estudió en su tesis doctoral la teoría de la decisión social y llegó a una conclusión bastante curiosa.

Arrow estableció unas hipótesis de partida sobre las propiedades que cualquier sistema de decisión social, o lo que es lo mismo una función (por ejemplo la democracia) que decidiese sobre el conjunto de preferencias de todos los individuos debería cumplir:

1.- Dominio no restringido, o sea que la función de decisión social debe ser capaz de decidir en cualquier circunstancia.
2.- Optimalidad en el sentido de Pareto, básicamente y sin entrar en notaciones matemáticas significa que si todos los individuos prefieren respecto de un aspecto concreto (ejemplo impuestos) A a B (menos impuestos a más impuestos) manteniendo constantes el resto de decisiones (igual nivel de sanidad, medioambiente, defensa...) la función de decisión debe preferir A a B.
3.- Ausencia de dictadores, no existirá ningún individuo cuyas preferencias determinen siempre el sentido de la función de decisión.
4.-Racionalidad (o transitividad) si la función de decisión elije a A frente a B y a B frente a C, debe necesariamente elegir A frente a C.
5.- Independencia de alternativas irrelevantes. Si tenemos que elegir entre A y B la decisión debe ser independiente de la valoración relativa de A y B frente a cualquier otra opción que no esté relacionada con ellas . Esta condición afirma que si preferimos más sanidad a educación la decisión no puede variar si cambian el resto de condiciones que no están relacionadas a menos que los individuos dejen de preferir sanidad a educación.

Arrow estableció y demostró (con un número finito de individuos y al menos tres alternativas, o sea siempre) que no existe ninguna regla de elección colectiva que cumpla estas cinco condiciones. O lo que es lo mismo, no existe ninguna función de decisión (o forma de gobierno) que respete la coherencia de las preferencias de los individuos.

Existe la posibilidad de que limitando la condición de Independencia de alternativas irrelevantes mediante el método de Condorcet se de un sistema de elección que cumpla el resto, pero ya se empiezan a relajar las condiciones de respeto a las preferencias de los individuos.

O sea, ¿qué no es posible mejorar el mundo? Pues parece que mediante reglas basadas en la votación, no. Bueno no creo que sea así, supongo que casi todo el mundo anhela cosas parecidas, y aunque quizás difiera en el cómo, tampoco habrá tantas decisiones en las que las posiciones de los demás estarán directamente enfrentadas a las suyas.

Supongo también que hoy, en 2011, estamos mejor (con todo lo mal que podamos estar) mejor que en 1900 o en 1500 o en el año 100. Supongo, que siendo optimista mejorar el mundo consiste solo en seguir en él.

domingo, 13 de marzo de 2011

Lo sabía

Desde hace unas semanas es noticia el impago de los pagarés y la situación de quiebra técnica de las empresas del grupo Nueva Rumasa. No es que yo sea un sabio económico pero cuando el grupo de la abeja empezó a emitir spots televisivos publicitando la emisión de estos pagarés yo ya sabía como iba a acabar esto.

Casi lo primero que te enseñan sobre la inversión en activos financieros es que estos tienen tres características principales: liquidez, rentabilidad y seguridad. Estas tres características mantienen entre si una relación de mutua proporcionalidad inversa. Esto significa que cuanto mayor es cualquiera de estas variables menor es alguna de las otras dos. No es nada nuevo, todo el que invierte parte de su dinero sabe que los productos con altas rentabilidades suelen ser poco seguros y en general poco líquidos.

Y el caso de los pagarés de Nueva Rumasa, como no podía ser de otra forma, cumplía a rajatabla con las reglas del mercado.

La rentabilidad prometida, entre un 8 y un 10 por ciento, era alta, muy alta. Por poner un ejemplo, el activo de inversión supuestamente más seguro, las letras del Tesoro, daban en 2010 aproximadamente un 1 % anual de rentabilidad a 18 meses.

Su liquidez no era muy alta, tenían vencimientos a un año y además estos pagarés tenían prohibida su negociación en mercados secundarios, lo que te impedía endosarselos a terceros como bancos o instituciones de crédito. Esta prohibición de negociación escondía otra variable, la de la seguridad. Un instrumento como este díficilmente hubiese aguantado un análisis de cualquier gestor de inversiones por lo que en caso de que pudiesen ser negociados, o sea revendidos, los posibles compradores probablemente hubiesen exigido unos descuentos brutales, no ya sobre los intereses, sino sobre el principal. Esto habría hecho que tras la primera emisión todo el tinglado se hubiese ido al garete al ver los posibles inversores como un pagaré de 50.000 € era recomprado en el mercado por una cantidad mucho menor.

Pero como Ruíz Mateos ya se aseguro de que los mercados no hiciesen su trabajo, los poco avispados inversores deberían haberse percatado de que la alta rentabilidad y escasa liquidez implicaban un alto riesgo.

¿Y por qué la gente, hasta 5000 personas, invirtió en estos pagarés de Nueva Rumasa?

Probablemente en parte porque nadie escarmienta en cabeza ajena (AFINSA, FORUM) y aquel dicho que dice que nadie da duros a cuatro pesetas no termina de interiorizarse entre los pequeños inversores. Pero también hay una parte de...no se como llamarlo, empeño o mejor empecinamiento ideológico. A nadie se le escapa la poca sintonía de un señor como Ruíz Mateos con un ejecutivo socialista pero a mi la verdad me cuesta considerar eso como un activo a la hora de hacer negocios. Sin embargo el carácter casi mesiánico del patriarca del clan, sus maneras de iluminado, sus trajes de superman y su !que te pego leche¡ han conseguido convencer a muchas personas de que lo que estaban comprando era algo más que papel mojado.

Ahora cuando pintan calvas parece que algunos se acuerdan de papa estado, despues de que papa estado, vía CNMV, advirtiese hasta 7 veces sobre lo opaco de aquellas emisiones...En fin que país.

domingo, 6 de marzo de 2011

A donde vamos

Yo lo tengo muy claro. Y no es a Retuerta del Bullaque, aunque quizás no sea un mal sitio para refugiarse de lo que viene.



Y es que, como ya alguno de los integrantes del reto blogger intuye, estamos abocados al exterminio. ¿Por qué lo tengo tan claro? Pues no es porque confíe mucho en las prediccones de Los Mayas. ¡En 2012 se acabará el mundo y no sabes predecir que te quedan cuatro días de civilización!
No, no es por los Mayas, ni por ningún motivo concreto y racional pero tengo la convicción de que pronto el mundo dejará de ser tal como ha sido.


Las opciones son:

Apocalipsis zombie: Probabilidad baja, oportunidades de supervivencia bajas y grado de degradación de los humanos supervivientes medio. Es una de mis preferidas.Ventajas: Posibilidad de ver a tus seres odiados convertidos en zombies.

Pandemia global mortal que solo afecte a la raza humana: Probabilidad media, oportunidades de supervivencia muy bajas y nivel de degradación de los humanos supervivientes bajo.

Ventajas: dejaría intacto lo que queda del planeta y con un poco de suerte puede que afecte especialmente al genero masculino y tu seas uno de los pocos supervivientes.

Invasión de civilización extraterrestre hostil: Probabilidad desconocida, oportunidades de supervivencia prácticamente nulas a pesar de lo que diga Hollywood y nivel de degradación de los humanos supervivientes de zoológico.

Ventajas: ventajas no tiene, pero a lo mejor te puedes llevar a alguno de esos cabrones por delante antes de que te desintegre.

Holocausto medioambiental: Probabilidad, raro será que esto no pase, oportunidades de supervivencia variables según el clima y nivel de degradación de los supervivientes muy alto.

Ventajas: todo son ventajas, inviernos suaves y veranos lluviosos, la costa española verá reducido drástica y rapidamente su estado de degradación urbanística por la posible subida del nivel del mar, lo que impulsará la maltrecha situación económica de nuestro país, ¿Por qué donde van a comprar casas para pasar su jubilación los alemanes retirados supervivientes?

Meteorito que cae sobre la tierra o cualquier otro desastre de origen cósmico: Probabilidad improbable, oportunidades de supervivencia depende de donde caiga y nivel de degradación de los humanos supervivientes alto (como hasta ahora, vamos).

Ventajas: si cae bien la población mundial mermará súbitamente y bajará por fin el precio del petróleo. Ahora, como merme a tu costa, el precio del gasoil te la va a traer floja.

Yo, por si acaso, estaría preparado.